Chapter 4 Conociendo a Iris

Maricel Berón 1.1k words

Gael después de tocar la puerta varias veces sin obtener respuestas decidió entrar a la habitación de su pequeña hermana y se percato de que ella no se encuentra en la habitación. Se dirigió a la ventana y observo que está abierta. Es evidente que Iris ha huido, no es la primera vez que lo hace, por lo cual ya están acostumbrados.

Regresó con sus padres para informarles de la situación y se percata de la tensión entre ambos. Íker se encuentra verdaderamente enfadado y Aurora controla sus lágrimas porque tiene claro que debe buscar a su hija.

— Fue mi culpa. Ella discutió con Isabella y yo debí intentar hablar con ella, pero....

—Nada de esto es tu culpa, amor... Solamente díganme los lugares que frecuenta Iris y yo iré por ella.

—Iremos todos, papá... Mamá tú ve con la tía Maddy, yo iré con Juliana y tu papá ve a los parques de patinaje del centro de la ciudad. Te enviaré una fotografía de Iris.

— Yo puedo reconocer perfectamente a mi hija — Afirma Íker

Los tres se marcharon por caminos diferentes con la intención de encontrar a Iris y asegurarse de que esté a salvo.

Íker se sorprendió mientras conducía y observaba lo mucho que ha cambiado la ciudad durante los últimos años. Pareciera que se encuentra en un lugar completamente diferente. Encendió el gps del carro para guiarse rumbo al Parque de que suele frecuentar su pequeña.

Por un lado ansía verla, abrazarla y llenarla de besos, sin embargo, el miedo aterra cada parte de su ser. Ella piensa que él es un delincuente, un asesino y tal vez le tenga miedo. Aún puede recordar la última vez la vio cuando era un bebé quién a penas quepia entre sus brazos, sus enormes ojos, su pequeño cuerpecito y la forma en la cual se dormía entre sus brazos y lloraba si no la abrazaban antes de dormir.

Se estaciono frente al parque y luego bajo del carro, se percato de que varios adolescente se encontraban en el lugar patinando o charlando entre sí. Sin embargo, ninguno de ellos es su pequeña Iris.

Él sentía que la furia lo invadía cuando observo en la lejanía como un tipo estaba besando a una jovencita de cabello oscuro. De inmediato, se acercó a ellos y empujó al sujeto hacía atrás, pero al verla se percato de que ella no es Iris.

—¿Que te pasa idiota?— Espeta el hombre molesto

—Largate o quieres que te denuncie por manosear a una menor de edad.— Lo amenaza Íker y el hombre se marcha, la muchacha lo asesina con la mirada.

— Ve con tu padre, ahora mismo.—Le advierte Íker

Él prosiguió caminando por el parque porque algo en su interior le grita que su hija se encuentra muy cerca. Caminó durante unos diez minutos más en la zona de al rededor del parque hasta que encontró un puente y observo como una niña se encontraba allí arriba.

No lo pensó demasiado y subió las escaleras rápidamente hasta llegar hacia ella. Ella unicamente observaba el suelo en donde pasaban varios carros. Podía escuchar sus sollozos y ver las lágrimas resbalar sobre sus mejillas.

Íker no se lo cuestiono demasiado y la tomo de cintura arrojandola al suelo.

—¡Estás loca! ¡No puedes hacer esto!— Le grita molesto

Sus gritos cesan al verla. Es increíble lo hermosa que es con sus grandes ojos, su cabello largo y rizado hasta la altura de su cintura y su rostro repleto de pecas. Es como si estuviera viendo a Aurora hace más de veinte años.

—¡Usted es el loco, obviamente no me iba a suicidar!... Me tranquiliza ver el horizonte.— Grita molesta

Íker no le permite terminar la oración cuando la estrecha entre sus brazos. Tiene la necesidad de abrazarla y besarla, decirle cuánto la ama y cuánto la ha extrañado durante los últimos años, sin embargo, no puede hacerlo, no es el momento.

Iris considera que se ha encontrado con un tipo demente o mucho peor con un pervertido. Sin embargo, ella no es una chica fácil de secuestrar. Sabe defenderse muy bien.

Levanto su rodilla golpeando la entrepierna del hombre luego bajo las escaleras prácticamente corriendo y allí se percato de que una patrulla estaba allí. Del vehículo bajaba su hermano Gael junto con otros oficiales.

Iris de inmediato corrió hacia su hermano para abrazarlo.

— Gael este sujeto me quiere secuestrar. Arrestalo, arrestalo. — Ella le dirige una mirada a Íker — No tienes una idea con quién te has metido, mi hermano trabaja en la Dea al igual que mi tío y mi hermana es fiscal.

— Yo no quiero secuestrarte— Afirma Íker

—Iris, él es un amigo y le pedí ayuda para buscarte. No debiste huir de esa forma, mamá está preocupada.— La regaña Gael — En casa me escucharás, niña.

—Yo no soy una niña. Soy adulta y puedo hacer lo que yo quiera. Ya no quiero vivir en esa casa con la loca que tienes de hermana. Sí usted supiera lo que es mi vida me entendería, señor .

A Íker le parte el alma escuchar que su propia hija lo llama "Señor"... Sin embargo, es consciente de que todo lleva su tiempo.

— Escucha a Gael — Le pide Iker— Aún eres muy joven y no comprendes ciertos asuntos, pero huir de casa no es la solución. Aurora te adora y ella se sentiría muy triste si tú te marchas.

—Y piensa en mí — Súplica Gael— Yo me moriría si a ti te ocurre algo

Él la abraza de la cintura y depósita un beso en su mejilla.

— Recuerda que no debes faltar a mi boda. Mi hermanita más pequeñas me debe acompañar en el día más importante de mi vida.

Finalmente Iris cedió y subió a la patrulla junto con Gael y los oficiales ellos manejaron rumbo hacia la casa de Aurora y Íker los siguió en su vehículo.

A él le alegra ver el gran cariño con el que se tratan sus dos hijos. Porqué a pesar de todo Gael también es su hijo.

Isabella y Gael son sus hijos porque él lo eligió de ese modo. Porque él los amó desde el primer momento en que los vio.

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