Empecé a sospechar mientras observaba a Vicente. Se giró y contestó una llamada, y, como esperaba, era Suna al otro lado de la línea.
—¡Vicen, los guardias de seguridad irrumpieron en mi oficina y me echaron! Dijiste que lo solucionarías, ¿por qué pasó esto? ¿Qué voy a hacer? ¡Por favor, vuelve...