—Mamá…. —empecé a tartamudear por los nervios.
Ella estaba igual que siempre, hermosa, con los ojos claros y cansados que parecían mirar lo eterno. Tenía un semblante tranquilo a pesar de que había vivido tantas cosas. Llevaba puesto un vestido largo de mangas largas y anchas, con un chaleco tejido de...