DANIELA
—¿De qué hablas? —exige saber Liam—. ¿A qué te refieres con que no pudiste detenerla?
—¡A mi loba! —digo con desesperación—. No puedo controlarla. Esto no debió pasar.
—¡Espera! —grita, mientras se viste y yo trato de alejarme—. Daniela, no te vayas así.
—¡Aléjate de mí!
—¿Yo cómo iba a saber?
Sé...