AZUL
—Mía —dice el hombre que tengo frente a mí.
Tardo un poco en reconocerlo, ha cambiado con el tiempo, ahora se ve más maduro y formal. Su cabello está más largo de lo que recuerdo y lleva una barba prolija que le queda bastante bien.
Está buenísimo. Y su olor es...
—¿Mía? —pregunto—....