Diana Rodrigues
Mientras caminaba junto a Aslan, el corazón me latía con fuerza en el pecho. La sorpresa que había preparado despertaba mi curiosidad y ansiedad. Nuestra fiesta de bodas había sido maravillosa y, curiosamente, divertida, pero ahora nos dirigíamos a una aventura propia.
"¿Adónde vamos, Aslan?", pregunté, tratando de contener mi...