Leonard Reed se frotaba las manos, nervioso. Estaba impecable, muy elegante y pulcro. Deanna lo observaba de reojo y se le dibujaban sonrisas al verle las expresiones.
- ¿Estás nervioso? –
- No… -
- Mentiroso –
- Bueno… un poco tal vez –
- Estás muy guapo –
- ¿Verdad? –
Nunca fallaba apelarle al ego....