Francisco se acercó con cautela y me preguntó, “Lola, ¿soy la persona que mejor te trata en este mundo, verdad?”
“¡Sí!”
Lo abracé suavemente.
Él estaba sorprendido, su cuerpo temblaba ligeramente.
Pero al instante siguiente, me aparté de él como si me hubiera electrocutado.
“Lola, ¿Qué he hecho mal?” preguntó desorientado.
“Eres como un bloque de...