Cuando cruzamos aquella puerta, los nervios y miedos se hicieron reales.
Corrimos a recepción, buscando con desespero la habitación de Bella, buscando rastros de Charlie, buscando al menos el llanto de Penélope. Pero era imposible entre tantas personas.
Cuando dijimos su nombre ante la recepcionista, su sonrisa se esfumó poco a poco....