Por Alejandro
La música era lenta, por fin puedo abrazarla, aunque sea disimuladamente.
Cada vuelta nos vamos acercando más, terminamos muy juntos y yo comienzo a rozarla con mis dedos por su espalda y voy bajando hacia su cadera.
-Ale, tus manos…
-Las metería por debajo de tu vestido.
-Nos están mirando.
-Me controlo solo por...