Después de que Rosa realizó esas llamadas regresó a la mesa donde estaba aprendiendo a maquillarme y traía una enorme sonrisa de satisfacción.
―¿Y bien? ¿Quién es la mejor? Te dije que podías confiar en mí… —alardeó Rosa, acercándose a nosotras.
―¿Lo lograste? —preguntó Vanya.
―¡Ajá! ¡Sin duda! De hecho, Rachel… Oficialmente ya...