En la cafetería del hospital, Alexa me seguía aconsejando sobre los hombres. También estaba al tanto de mi estado en aquella resaca.
―¿El café té ayudó amiga? —me preguntó Alexa.
―Un poco, pero todavía me siento mal… Como que quiero vomitar por el dolor de cabeza… ¡Esto es horrible! No se lo...