—No me piensas responder —espetó ella, quien se moría por escuchar de sus labios aquella confesión.
—¿Quieres escucharlo? ¿Deseas que lo admita? Sí, sí me muero de celos y sé que es una estupidez de mi parte, porque tú y yo no somos nada, pero no logro sacarte de mi mente,...