Por la tarde, la fiesta de cumpleaños terminó sin contratiempos.
Después de despedir a los invitados, mi papá, con una expresión sombría, hizo que mi mamá siguiera llamándome.
Los ojos de Jimena estaban rojos, y las lágrimas se reflejaban en los pequeños cristales en la esquina de sus ojos. Ella tomó la...