Después de la cena, José me llamó de nuevo. Esta vez,Increíblemente, alguien contestó.
Aquel hombre finalmente encontró un escape para su ira, "Rosa, ¿es que no tienes conciencia? Tu hermana va a casarse y tú no vuelves a casa, dejando a mamá y papá tristes. ¿Crees que eres muy inteligente, jugueteando...