— Juega con fuego señorita White…— murmuro con una sonrisa lobuna en los labios.
Elizabeth se inclina sobre colocando sus manos en mis hombros, su rostro se desplaza hasta mi oído, permitiéndome oler la excitación desprendiéndose de su cuerpo caliente, su respiración choca contra mi oreja erizando mi piel.
— Y yo...