-Debo admitir que me preocupa que estés nuevamente aquí- admitió el CEO sentándose en su preciada silla de presidente.
-¿Y eso porque?
-Actitudes como la de esa chica son imperdonables para mí- gruñó con molestia.
-No se preocupe, ya estoy acostumbrada a ese tipo de trato.
Sebastián se sintió fatal por el comentario de...