No. Abracé su espalda.
“Hermano.” dije.
“No dejes que te arrastre. .”
“¿De acuerdo?”
Estaba destinada a no sobrevivir. La normalidad era solo superficial. Por dentro, me había desplomado en ruinas. Anhelando la muerte.
Después de ese verano, Reyna se fue al extranjero. Alarico se unió a la empresa. Sebastián comenzó la universidad. Todos...