—Por favor, toma asiento —invitó Lenox a la rusa, ofreciéndole una bebida antes de sentarse frente a ella en el escritorio.
—¿Qué sucede? —preguntó ella, tomando la bebida y mirándolo con evidente preocupación —Estoy nerviosa, ¿ocurrió algo malo?.
—Un amigo mío está en este hospital —confesó, vacilante pero con semblante serio —....