En el comedor, la tensión flotaba en el aire como una fina niebla. Layla, con su mirada penetrante, y Dimitri, sentado a su lado, intercambiaban miradas que parecían más afiladas que cualquier cuchillo en la mesa.
Valentino y Atenea, en cambio, compartían un silencio profundo mientras saboreaban su desayuno. Desde...