_ Hablar del demonio. Guau. Míralo.
Mi corazón tartamudea por sí solo, simplemente porque sé que está hablando de Diego. Tomando una respiración profunda, miro por encima de mi hombro. Diego camina hacia las puertas del vestíbulo, flanqueado a cada lado por una Roshana de mejillas sonrosadas y una rubia esbelta...