_ Ella es tan hermosa, Diego_ ronronea Margo.
Con una respiración profunda, me atrevo a mirar hacia abajo para encontrarla mirándome con nada más que adoración en sus ojos, sus labios carnosos entreabiertos.
_ Por favor, Prudence.
La forma en que suplica, tan seductoramente... Estoy tan nerviosa, pero ahora mismo...