_ Lo sé, niña. Ojalá no estuvieras tan lejos. ¿Hay alguien allí contigo?
_ Sí, tengo amigas aquí. No estoy sola.
Ante esas palabras, Katie se acurruca en el sofá de dos plazas a mi lado y me pasa el brazo por los hombros.
_ Bueno. Me alegro. No pierdas...