—No me compadezcas, Dominic. Obtuve lo que me merecía.
—Nadie se merece esto, Alessandro .
—Yo sí. Es lo que te sucede cuando haces lo que el diablo manda.
Si bien la simpatía aún persiste en sus ojos, la misma pregunta que ha tenido desde que descubrió que Lilly estaba vivo también acecha...