Me muevo hacia ella y ella se me acerca con los brazos extendidos. Siento su calor antes de que me alcance y me abrace como lo haría una madre.
—Mírate. —Ella sonríe con orgullo.
—Me acicalo bien, ¿verdad?—digo sonriendo
—Oh, Alessandro, creo que todos podemos estar de acuerdo en que te acicalas bien....