Por Florencia
Caminé los pasos que me separaban de mi casa.
Me dolían las piernas y no por haber perdido mi virginidad, aunque no tuvo el suficiente cuidado, tampoco sabía que yo era virgen.
Me dolían las piernas porque mis músculos no responden, estaba temblando.
Me humilló con ganas.
Es verdad que no tenía un...