Rechazo
No digo nada, solo me quedo inmóvil, lágrimas silenciosas escapan de mis ojos cerrados mientras empiezan a deslizarse por mi rostro. Cálidas, amargas, punzantes, riachuelos de desesperación. Él puede sentirme y oír mis pensamientos, así que sabe que mi aceptación está en mi silencio. Mi dolor es suyo, mi agonía...