—Al parecer estás muy solicitada —murmura la oficial de custodia que llega a la celda.
—¿Yo?
—Por supuesto, princesa de Mónaco, levántate y camina.
Me paso las manos por el mono y la sigo. No hay manera de mejorar mi aspecto metida en esa celda, además de que la comida de aquí me...