—Felicity, ¡no entiendes el dolor como yo lo estoy sintiendo ahora mismo! —gritó Raven mientras se agarraba la cabeza de dolor y se retorcía en la cama del hospital.
Nos tomó 20 minutos calmarla, pero empezó a ponerse agitada de nuevo.
—Raven, por favor, cálmate. No puedo verte así —le supliqué.
La vi...