Abrí lentamente los ojos y me encontré cara a cara con un par de ojos grises que me miraban. Era realmente adorable y aterrador al mismo tiempo.
—No soy adorable, soy guapo —dijo con voz ronca mientras se estiraba en la cama.
—¿Cómo supiste que dije eso? —le pregunté.
Él puso los ojos...