Docenas de estrellas pasaban volando mientras Xavier continuaba conduciéndonos a un destino desconocido. Íbamos de la mano, y él frotaba círculos en la parte posterior de mi mano con su pulgar, calmándome con su toque. Las mariposas en mi estómago revoloteaban con fuerza, y mi corazón latía rápidamente en mi...