—¿Así que ustedes son compañeros? —pregunté mientras seguíamos caminando por el bosque. Habíamos recorrido casi todo el territorio entregando golosinas, pero por alguna razón, sentía que nos estaban siguiendo.
—No, no somos compañeros. Simplemente no hemos encontrado a nuestros verdaderos compañeros, así que estamos saliendo por un tiempo —dijo, mirando cautelosamente...