Dios… sálvame por favor… —rogaba cierto rubio hecho piedra—
Tarado –pensó el pelirrojo quien se sentaba a su lado mirando a su mejor amigo con una gota en la cabeza, no todos los días lo veía babear como un idiota, aunque la situación era ya común—
Se preguntarán, ¿Qué situación?, pues si...