¡AHHHHH! –grito la rubia quien se abrazó al azabache ocultando su cara en su brazo y volviendo a temblar—
¡ahora entiendo porque no dejan entrar a niños solos! –Grito el pequeño quien se aferró de igual forma al azabache temblando de miedo, esos dos sí que eran iguales—
Sonrió de medio lado....