¡Ni que estuviera enamorado de ella!
Se grito en su mente.
Pero, aun así, no dijo nada porque realmente lo había descolocado como jamás lo hizo, no tenía palabras para reclamarle al rubio, no tenía como defenderse. Por primera vez se sintió completamente vulnerable ante las palabras del rubio…
Y solo unos ojos...