Rocoso y yo tenemos un reto de miradas, pero él cede.
—De acuerdo —suspira aceptándolo—. Siéntense a comer y luego entrenamos un rato antes de dormir.
—Rocky no va a entrenar, iremos a dormir —dije.
—No seas terca, él debe ganar la pelea.
—Él es mi mate, ganará, ¿Por qué debe entrenar?
—Porque debo matarlo...