Regreso al frente de ella con una bolsita y estaba más que lista, estaba desnuda y sus piernas estaban algo temblorosas.
—¿Te encuentras bien? —Me siento a su lado y ella también se sienta.
Tiene la cabeza agachada y huelo que tiene vergüenza.
—Perdón… es solo que.
—¿No estás lista?
Todo iba a estar bien.
—¿Qué?...