—Archie, ¿qué está pasando? —Arthur está sorprendido.
—¡Maldición! —exclama, empuñando sus manos.
—¡Archie! —su hermano se acerca, necesita una explicación.
—Ahora no, debo irme —sale de la oficina.
—¡No puedes irte, tienes trabajo pendiente! ¡Archie! —lo menciona con determinación, pero al hombre no le importó; se cegó por la ira.
El móvil de Archie empezó...