—Entonces él…— se le hizo un nudo en la garganta.
—Lo lamento, pero no quiero mentirte, tú mereces mucho más, mi niña. Ven aquí, necesitas un abrazo.— Y sí que es cierto, Kiara corre a los brazos de la señora Mercedes y la abraza fuertemente. —Te lo dije, mi niña, enamorarse...