—Arthur… en este momento estoy ocupado
—¡Me importa un carajo!— lo reprende —¡no permito que me faltes el respeto y mucho menos a nuestro padre!— espeto —¡¡te espero mañana a primera hora en la oficina, donde no llegues lo lamentarás— cuelga la llamada
—¿Arthur?— lo menciona —¡¡joder!!— vociferó y siente...