—¡Como te atreves a meterte con mi hombre! ¡Eres una zorra! —
Elara y Helen habían caído al suelo.
—¡¿Quién demonios eres tú?! — gritó Helen tomando por los cabellos a aquella desquiciada para someterla en el suelo. El ser cinta negra desde niña, sin duda, resultaba muy útil en ocasiones como...