—Ese perro infiel… ¿Cómo se atreve a engañarme con una mustia de clase baja? Y yo todavía que fui a recogerlo… —
Elara estaba furiosa. Había visto a Cedric con esa mujer desconocida de ropa humilde que se notaba que no era de diseñador. Necesitaba averiguar quién era esa maldita, no...