— ¡Con un demonio! —
Gritó Elara realmente furiosa luego de escuchar lo que Cedric tenía para decir. Afrodita se había negado a hacer contrato alguno con ellos, y los socios comenzaban a presionarla todavía más para obtener la respuesta satisfactoria que buscaban en ella. ¿Dirigir una empresa era tan difícil?...