El Narrador:
Unas horas antes, al salir Brutus de la Clínica…
—¡Arranca rápido! —gritó Brutus con una voz arisca— no debemos permitir que nos agarren con ella desmayada. Es la mujer de un magnate y nos buscará hasta debajo de las piedras si se entera de que fuimos nosotros.
—¡Brutus! ¿No es ella...