Varios meses después...
Luisa Scott se sorbió las lágrimas mientras miraba a su hermosa hija parada frente al espejo.
Finalmente, había llegado el día en que Amelia y Maximiliano se casarían con toda la Ciudad como testigos.
—Te ves hermosa —felicitó Luisa.
—Gracias mamá —Amelia dijo, mirándose en el espejo. Ella se sentía hermosa.
Estaba...