Maximiliano no podía borrar la enorme sonrisa en su rostro mientras miraba divertido a Amelia. Ella reclamándolo públicamente era la cosa más caliente que jamás había visto.
Verla tan enfadada le resultaba divertido. Parecía una gatita enfadada con las mejillas hinchadas y unos adorables ojos verde pálido.
Reprimiendo su risa, quería hacerle...