—Hoy su hija estuvo muy tranquila, señor —Ester saca a Egil de su ensoñación—. Comió toda su papilla sin protestar, también hizo su siesta sin mucho esfuerzo. Parece que ya se está acostumbrando a la casa.
—¿La médica ya la revisó hoy?
—Sí, señor. Ella ya no tiene fiebre y ya no...