Narrador: omnisciente
Raúl estaba feliz de que Antonio le hubiese mandado con Delmiro, y la expresión feroz de sus terribles ojos oscuros revelaba esos sentimientos internos. Hoy era el día de encararse, literalmente, con el indeseable que había enviado a sus esbirros a robarle sus juguetitos.
Nada más acercarse a las paredes...