Semanas después.
Alba caminaba del brazo de su madre por el enorme centro comercial. La chica sonreía al ver a su progenitora escoger varios adornos para el nuevo apartamento.
-En este florero quedarán hermosos los girasoles que tanto me gustan -comentó Maite, suspirando.
-Sí mamá -respondió Alba-. Vamos a pasar por la floristería...