Alba y Santiago se pusieron de pie y salieron del edificio, mientras caminaban en profundo silencio, la voz de Santiago se hizo escuchar.
—Alba…
La chica detuvo el paso y miró como él deslizaba sus dedos por sus dorados rizos, notó extrañada su nerviosismo.
—¿Sucede algo?
—Alba, espero no me tomes a...